lunes, 3 de noviembre de 2008

poema de Jorge Guillén

HE AQUÍ LA PERSONA

He aquí la persona:
De una pieza. Integra un alma entona
Su cabeza.
Ardió en los ojos brío dulcemente.
Nares con señorío, y
Voz valiente.
Y su ardor violento quiso, pudo siempre acatar agudo.
Pensamientos
¡Que pasión en lo humilde cotidiano,
Qué primores de mano por la tilde!
Melancólicamente -Dios o nada-
Más pedía a la gente. La mirada.
Voluntad incensaste
contra infiernos, todas las horas antes
Cielo eterno.

¿ El vivir sin cadena ya es delito ?
La libertad ajena necesito.
Y siempre dando, noble, se exigía:
< Q que nada en sombra fría se desdoble >
No fue posible para su sosiego
Negar la luz de fuego
Que alumbrara.
Madre en toda su ayuda, ya no era,
Sino la que no muda:
Verdadera.
¡Esfuerzo puro! Nada lo pregona.
He ahí, consumada, la persona.


JORGE GUILLEN